Las tensiones en el otro lado del mundo han alcanzado un nivel de violencia que no se veía de hace años, llegando a registrarse hasta hoy, y según el ministerio de salud de Palestina, 65 personas fallecidas, entre ellos 16 niños, y más de 300 heridos. Israel, por su lado, dice que al menos 15 de los muertos eran militantes de organizaciones terroristas. Cabe destacar que este conflicto no empezó recientemente, sino que es un proceso que tiene muchos años de construcción.

Palestina ha sido, durante una gran parte de la historia, un territorio envuelto en revueltas de tipo bélica. La zona, desde hace unos 100 años aproximadamente, fue considerada para establecer el dicho “estado judío”, y desde ese entonces enfrentó una invasión poblacional por parte del pueblo judío, siendo más de 400 mil las personas que se trasladaron a Palestina desde 1881 y 1939.

Posterior a la segunda guerra mundial, Europa intentó compensar de alguna forma todo el daño causado al pueblo judío después del holocausto, entonces la Organización de las Naciones Unidas dividió Palestina en dos: una parte para los judíos y otra para los árabes palestinos, quienes no aceptaron esta determinación. Por eso, comenzaron una guerra que termino con la victoria del Estado de Israel y la declaración de su independencia en 1948.

La zona es un territorio que, por sus recursos naturales y su situación geográfica, siempre ha sido muy codiciado. Desde 2016 la milicia israelí ha sido financiada por los Estados Unidos con 3.800 millones de dólares por año. Israel justifica la ocupación y ataques a Palestina con el argumento de que estos son terroristas, y los vincula a Hamás, un grupo armado creado en 1987.

Esta semana, los palestinos se alzaron contra Israel por una acumulación de motivos, aunque podemos identificar 3 que aportaron a avivar la situación. Por un lado, un tribunal israelí aprobó el desalojo de varias familias palestinas de sus casas en el barrio de “Sheikh Jarrah”, en Jerusalén Este, para que estas fuesen ocupadas por israelís.

El segundo corresponde a un desalojo violento que realizó la policía israelí a una mezquita, dejando más de 200 heridos. Un grupo de palestinos se manifestó contra esto, pero los uniformados respondieron con violencia. Finalmente, Hamás respondió la violencia por parte de Israel y lanzó una serie de cohetes a la ciudad de “Tel Aviv”, matando al menos a 3 israelís. Dicho país respondió más tarde con un ataque aéreo a gran escala, asesinando a 48 palestinos e hiriendo a centenares.

La situación se encuentra en un punto crítico, y organismos como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se han referido al caso. “Se debe detener el fuego de inmediato. Estamos escalando hacia una guerra a gran escala. Los líderes de todos los lados tienen que asumir la responsabilidad de reducir el conflicto», dijo el coordinador especial de la ONU para el proceso de paz en Oriente Medio, Tor Wennesland.

Deja un comentario

Deja un comentarioCancelar respuesta