Octubre de 2019 fue un antes y un después para los chilenos, luego de que el pueblo se manifestara en las calles y exigiese una serie de demandas sobre materias de salud, educación, economía y dignidad. Hoy, Colombia vive un proceso similar, con su propio movimiento social contra las medidas del gobierno, pero ¿Cómo es vivir una crisis comunitaria y política en calidad de forastero?.

El 28 de abril es la fecha que marca un antes y un después para el pueblo de Colombia, siendo ese día en el que se inició un profundo proceso social y político en el país cafetero. Los colombianos, quienes ya venían criticando el mandato de Iván Duque, no soportaron más la desconexión del gobierno y salieron a las calles para manifestarse en un principio contra la reforma tributaria que había propuesto el presidente de dicho país, reforma que en un principio parecía buena pero que luego de leer la “letra chica” del asunto salió a la luz que perjudicaba a gran parte de las personas que allí habitaban.

Más de cuatro mil concentraciones, ocho mil manifestaciones, dos mil lesionados y por lo menos 26 muertos son el saldo que dejó la revuelta hasta el 20 de mayo y que probablemente seguirá extendiéndose, ya que la situación no tiene una fecha pronta de término aún y no se sabe si realmente acabara o solo se calmara por un momento, tal como ha pasado en otros países de Latinoamérica como Ecuador o Chile.

Fíjate que Chile se convirtió en un modelo a seguir para lo que está pasando acá, sobre todo para la gente joven. Los jóvenes son los que están luchando por sus derechos porque no tienen nada que perder, son ellos los que están diciendo ya no más. Yo igual apoyo lo que pasa aquí, pero bien neutral también, porque como no soy colombiana tampoco corresponde que me metacomenta Zeinab Serey, una mujer chilena de 44 años que hace ya 10 años que vive en Colombia. Los jóvenes, al igual que en la mayoría de los movimientos sociales alrededor del mundo, son quienes se encargaron de iniciar y mantener el proceso por el que pasa el país cafetero.

Congregación en la primera semana del proceso en Colombia

Pero, como ha sido la vida durante este proceso, como se ha visto modificada la vida diaria de una persona, es algo importante también.

– Yo tengo un negocio en La Tebaida y los horarios han cambiado, y también el flujo de gente. Yo vivo en una zona rural pero bien transitada, en la panamericana, y por distintos bloqueos de carretera, a veces hasta con camiones, no he podido devolverme a mi casa. En otros lugares, como Tuluá las cosas están mucho peor, con gente muriendo, pero gracias a Dios aquí no estamos tan mal.

Manifestaciones que se realizaron hace algunos días en Tuluá, debido a la fuerte violencia que ha sufrido la zona

La respuesta de las autoridades pareciera que están desconectadas con la ciudadanía, consiguiendo solamente que las protestas y los movimientos sociales se incrementen con más fuerza. El principal reclamo de los colombianos también radica en el supuesto narco estado que gobierna en Colombia, y según Zeinab esta situación es real.

– Hay que ser brutos para no darse cuenta de que esto es un narcoestado y que hay muchas presiones políticas de todos lados, además el presidente que tenemos acá es como Piñera, no sabe dónde está parado y no conecta con la realidad social de aquí de Colombia.

La presencia militar también es un tema importante en esta crisis social colombiana, ya que la milicia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) siguen teniendo influencia en diferentes zonas rurales del país, incluso aquellos que ya no son miembros gozan de privilegio y poder en el territorio en el que se encuentren. Debido a la situación actual de Colombia, esta presencia se ha amplificado

– El domingo vino Timochenko, un ex jefe de la FARC, a comer aquí al restaurante. La gente salió volando del local, aterrorizados por este personaje, que de paso traía a una escolta bien grande de escoltas. La gente se afectó mucho y mis empleados tenían mucho miedo, porque aquí en La Tebaida el paramilitarismo es tema serio.

Rodrigo Londoño Echeverri, comúnmente conocido como alias Timoleón Jiménez o Timochenko es un político y exguerrillero colombiano que ejerció como el último comandante en jefe del Estado Mayor de las extintas FARC.

Lo que se le avecina al pueblo de Colombia es un proceso gigantesco de cambios sociales y políticos, o eso indica la norma de las recientes revoluciones que se han dado en otros países latinos. Respecto al futuro, Zeinab comenta que es incierto por muchos motivos.

– Mira, aquí la situación es bastante tensa, pero no sé si me devolvería a Chile, porque a mí no me gusta mucho Chile la verdad, y aquí tengo un negocio del que me hago cargo. Si volviese a Chile no tendría nada, porque tampoco hablo con mi familia de allá y sería como ser extranjero en tu propia tierra. Volvería a un Chile que no entiendo y que dejé hace 10 años.

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Nuevamente manifestaciones en Tuluá

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